lunes, 4 de enero de 2016

Detrás del pasado del Sanborns de los azulejos. Capítulo VIII.




En el capítulo anterior, planteé la hipótesis de que el origen de la palabra “biombo” en español sería la palabra japonesa que se pronuncia como “byobu” (su significado es biombo en español). Es muy probable que el “guarache” también haya provenido de la palabra “warayi” de japonés (quiere decir “sandalia de paja”).

El idioma japonés ha de haberse exportado junto con los productos, y viceversa; algunas palabras extranjeras han de haber sido introducidas en Japón. En 1543 fueron arrojados a las tierras de la isla de Tanegashima unos comerciantes portugueses, portando los fusiles de mecha, quienes serían los primeros europeos que conocieran los japoneses. Después de este hecho, se importó el idioma portugués junto con las mercancías de dicha nación. Pronto llegaron a Japón unos misioneros de la Compañía de Jesús, encabezados por Francisco Javier, situación que puso de moda el idioma portugués en el Japón de aquel entonces. 

Algunas veces creemos que el origen de una palabra se remonta a los tiempos antiguos de Japón, resultando en realidad que proviene del portugués. Citemos unos ejemplos de ello; “sarasa (indiana, tela de algodón)”, “rasha (paño)”, “yuban (ropa interior para el kimono)”, “kompeito (confite)”, etc. Aparte, tenemos varias palabras que se han convertido completamente japonesas, aplicándose inclusive algunos caracteres chinos (kanji) como equivalentes fonéticos, sin que se dé cuenta de que son palabras de origen portugués. Por ejemplo, “kappa (capa)”, “karuta (carta)”, “tabako (tabaco)”, “kabocha (calabaza)”, “totan (chapa de zinc)”. Se importaron con los productos las denominaciones en portugués como “kasutera (castilla)”, “pan”, “furasuko (frasco)”, “buranko (blanco)”. 

Hasta la fecha, podemos encontrar las huellas que el portugués ha dejado en nuestra vida diaria, y algunas expresiones se siguen usando de forma cotidiana. Me refiero a “domo arigato (muchas gracias)”. Esta expresión tiene su origen en portugués; “muito obrigado”. Como los misioneros portugueses la empleaban con mucha frecuencia, parece que se hizo de moda en el período Muromachi. “Muito obrigado” se parecía mucho, tanto en la pronunciación como en el significado, a “arigatai (agradecido)” que empleaban los samurai de aquel entonces, por lo que quedó arraigado por completo como una expresión en japonés, y hoy día se ha hecho costumbre decir “domo arigato” sin tener la menor idea sobre esta historia. 

En 1590 se trajo de Portugal la máquina de imprenta, y comenzaron a publicarse libros impresos en letras romanas. En 1603 fue publicado por los misioneros portugueses el diccionario portugués-japonés, y en 1630 se dio a conocer su versión española como diccionario español-japonés.

Att. Miss M.

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