martes, 5 de enero de 2016

Galería: Cuestión de percepción.



Fotografías en blanco y negro del centro histórico. 


"Escape"
Catedral del centro histórico, Ciudad de México. 


"Entre luces y sombras"
Catedral del centro histórico, Ciudad de México. 

"Donde se esconde lo visible"
Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México. 
           
Fotogragias: Melodía L.

lunes, 4 de enero de 2016

Palacio Nacional


Epicentro de la vida política del país desde la época virreinal, el Palacio Nacional es la sede del poder ejecutivo de México y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.

Edificado sobre una planta cuadrangular con cerca de 200 metros por lado, el Palacio Nacional de México es una de las construcciones gubernamentales más grandes del mundo entero. En su interior, patios, corredores y salones han sido testigos de los acontecimientos más importantes de la historia mexicana.

El Palacio Nacional tiene una antigua historia que se remonta a tiempos de los aztecas cuando en dicho solar se encontraba el Palacio de Moctezuma, el cual, ocupaba exactamente la misma extensión del edificio actual. Tras su destrucción durante la guerra de conquista de Tenochtitlan, sobre sus ruinas Hernán Cortés mandó construir un gran palacio, mismo que décadas más tarde fue vendido por su hijo Martín Cortés 1562 a la Corona, quien lo adquirió para construir en ese predio las instalaciones necesarias para la administración del Virreinato de la Nueva España.


Desde ese momento y por más de trescientos años esta construcción ha tenido un gran número de ampliaciones y modificaciones en las que han quedado plasmadas las huellas de los distintos gobiernos que ha tenido el país durante el periodo colonial, así como durante su vida como nación independiente. En su construcción podemos encontrar elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, siendo el aspecto que hoy tiene el edificio en su exterior resultado de su última ampliación, acontecida durante la segunda década del siglo XX cuando fue añadido el tercer nivel. Una década después, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, la casa presidencial fue trasladada desde esta sede hasta el Palacio Presidencial de Los Pinos en el Bosque de Chapultepec, permaneciendo el Palacio Nacional como sede oficial de algunas dependencias del gobierno, para actos de protocolo y para las tradicionales celebraciones del Grito de Independencia y del Desfile Militar del 15 y 16 de septiembre.

(La balacera que se registró durante la década Trágica, del 9 al 18 de febrero de 1913, produjo también numeroso daños en el inmueble)


El Palacio Nacional cuenta con un gran número de puntos de interés en su interior destacando los famosos murales que Diego Rivera pintara en la escalinata principal y en los corredores del patio central que narran gráficamente la historia de México desde tiempos prehispánicos hasta el siglo XX.


Otro sitio destacado es el recinto en Homenaje a Juárez, en el cual se conservan las pertenencias, mobiliario y documentos de dicho presidente, uno de los más influyentes en la historia nacional, quien también habitó este recinto.



Aunado a los puntos anteriores se puede visitar el Salón de la Tesorería de la Federación, un espléndido espacio con influencia art déco, el edificio que ocupara la Cámara de Diputados antes de ser trasladada al actual Edificio de la Asamblea Legislativa.



 




























Atte: ColinXVIII
Historia del encuentro entre Moctezuma y Cortés. http://www.antorcha.net/index/videoteca/aztecas/aztecas_4.html

La cuidad que se fué.






Att. Miss M.

"La vieja escuela"

Buenas noches...
Recuerdos que llegaron para quedarse...

Aquí Miss M. presentando la El centro Histórico de la Ciudad de México... en los relucientes años 50´s   y   60´s en la old school cuando  Los Teen Tops, Los Loud Jets, Los Rebeldes Del Rock, Los Black Jeans, Los Hooligans, Los Hitters, Los Crazy Boys y mas bandas rockanroleras hacían su aparición en los escenarios ...

Dejando un poco de estas bellezas arquitectónicas y unos pequeños vídeos con nuestro amado Rock and Roll y música que nos transporta a esas épocas, de aquellos hermosos ayeres esperando sean de su agrado...


















Tengan una excelente noche... 
Se despide Miss M. 

Detrás del pasado del Sanborns de los azulejos. Capítulo VIII.




En el capítulo anterior, planteé la hipótesis de que el origen de la palabra “biombo” en español sería la palabra japonesa que se pronuncia como “byobu” (su significado es biombo en español). Es muy probable que el “guarache” también haya provenido de la palabra “warayi” de japonés (quiere decir “sandalia de paja”).

El idioma japonés ha de haberse exportado junto con los productos, y viceversa; algunas palabras extranjeras han de haber sido introducidas en Japón. En 1543 fueron arrojados a las tierras de la isla de Tanegashima unos comerciantes portugueses, portando los fusiles de mecha, quienes serían los primeros europeos que conocieran los japoneses. Después de este hecho, se importó el idioma portugués junto con las mercancías de dicha nación. Pronto llegaron a Japón unos misioneros de la Compañía de Jesús, encabezados por Francisco Javier, situación que puso de moda el idioma portugués en el Japón de aquel entonces. 

Algunas veces creemos que el origen de una palabra se remonta a los tiempos antiguos de Japón, resultando en realidad que proviene del portugués. Citemos unos ejemplos de ello; “sarasa (indiana, tela de algodón)”, “rasha (paño)”, “yuban (ropa interior para el kimono)”, “kompeito (confite)”, etc. Aparte, tenemos varias palabras que se han convertido completamente japonesas, aplicándose inclusive algunos caracteres chinos (kanji) como equivalentes fonéticos, sin que se dé cuenta de que son palabras de origen portugués. Por ejemplo, “kappa (capa)”, “karuta (carta)”, “tabako (tabaco)”, “kabocha (calabaza)”, “totan (chapa de zinc)”. Se importaron con los productos las denominaciones en portugués como “kasutera (castilla)”, “pan”, “furasuko (frasco)”, “buranko (blanco)”. 

Hasta la fecha, podemos encontrar las huellas que el portugués ha dejado en nuestra vida diaria, y algunas expresiones se siguen usando de forma cotidiana. Me refiero a “domo arigato (muchas gracias)”. Esta expresión tiene su origen en portugués; “muito obrigado”. Como los misioneros portugueses la empleaban con mucha frecuencia, parece que se hizo de moda en el período Muromachi. “Muito obrigado” se parecía mucho, tanto en la pronunciación como en el significado, a “arigatai (agradecido)” que empleaban los samurai de aquel entonces, por lo que quedó arraigado por completo como una expresión en japonés, y hoy día se ha hecho costumbre decir “domo arigato” sin tener la menor idea sobre esta historia. 

En 1590 se trajo de Portugal la máquina de imprenta, y comenzaron a publicarse libros impresos en letras romanas. En 1603 fue publicado por los misioneros portugueses el diccionario portugués-japonés, y en 1630 se dio a conocer su versión española como diccionario español-japonés.

Att. Miss M.

Detrás del pasado del Sanborns de los azulejos. Capítulo VII



En el informe escrito por el conde Vivero, encontramos varios puntos que parecen extraños para los lectores. Uno de ellos es su modo de pronunciar los lugares de Japón. 


Por ejemplo, él registró Edo como “Yendo” y Suruga como “Surunga” ¿Se debe este hecho simplemente a errores auditivos? Si no fue por este tipo de error, ¿por qué razón escribió “Yendo” y “Surunga”? Es que los japoneses de aquel entonces pronunciaban de esa manera, y por eso él representaba las palabras correctamente según las oía. 

En realidad, la pronunciación de las palabras no es invariable, sino que va evolucionando con el transcurrir del tiempo. Aquí citaré un ejemplo famoso. La palabra que actualmente pronunciamos “haha (mamá en japonés)” era “papa” en los tiempos antiguos. No se trata de la inversión sexual, sino que se debe al cambio fonético. El sonido de la línea de “ha (se pronucia como “ja” en español)” actual se pronunció con la consonante “p” en los períodos Heian y Kamakura. Al comenzar el período de Muromachi, la pronunciación cambió a “f” y se usó el sonido con “h (j)” en el período de Edo, el cual se ha conservado hasta la fecha. 

Entonces, ¿cómo ha sido posible averiguar lo anterior sobre épocas en las que no existía la grabadora? El estudio se realiza con dos métodos principales. En el primero, se localiza una parte de algún documento antiguo donde se registra la sílaba “ha” actual, y se hace una presunción relacionada con su pronunciación a través de algún comentario referente a la misma. Como un ejemplo concreto, tenemos una adivinanza que dice; “Se puede encontrar dos veces con la mamá (papa en japonés), pero ni una vez con el papá (chichi). ¿Qué es?” La respuesta; “los labios”. Es decir, los labios se juntan dos veces cuando se pronuncia “papa”, por lo que la palabra “mamá” en japonés se pronunciaba como “papa” en aquel entonces. 

En el segundo, se presume la pronunciación de los tiempos antiguos basándose en los documentos elaborados por los misioneros cristianos y los extranjeros que llegaron a partir del período de Muromachi, y que escribieron las palabras en japonés con letras romanas. Los sonidos de la línea de “h” en la época de Muromachi se representaron con la 11 “f”. En el diario del inglés llamado Cock(?) se usó la “h” en la época de Edo (se escribió Haconey para “Hakone”, por ejemplo). En resumen, el sonido actual de la línea de “ha” ha sufrido un cambio fonémico de “p”, “f” a “h”. 

Analizaremos la palabra “Yendo (Edo)” de la misma manera. En primer lugar, nos damos cuenta de que en los tiempos antiguos existían tres sonidos para la vocal “e” actual. Se pronunciaban de distintas maneras como “e”, “ye” y “we” de las líneas de “a” (vocales), “y” y “w”, respectivamente. En las obras realizadas por Kino Tsurayuki en el período de Heian, encontramos el uso de distintas letras de kanji para representar los sonidos “e” y “ye”. En cuanto al “we”, podemos observar otra escritura en otros documentos antiguos. A finales de la era de Heian, se uniformó en “ye” y desaparecieron los sonidos “e” y “we”. Se escribían con “ye” en todos los documentos de la religión cristiana en la era de Muromachi. En esta era el centro político de Japón se localizaba en la región de Kansai (en el oeste), y el conde Vivero debe haber utilizado la pronunciación de esa región para escribir “Ye-ndo (Edo)”. ¿Por qué se ha llegado a pronunciar como “e” actualmente?” La razón es que el centro político se trasladó a Edo (en el este) y, por eso, recobró la fuerza la pronunciación “e” de la región de Kanto. Sin embargo, según los comentarios registrados en ese entonces, la pronunciación “e” sonaba “descortés” y se recomendaba no utilizarla. Dado que el antes citado escritor Kino Tsurayuki aplicó el kanji para “ye”, podemos darnos cuenta de que el sonido “e” de “Edo” se pronunciaba como “Ye”. 

Ahora bien, ¿qué pasó con el sonido representado por “ndo” de “Ye-ndo” y “nga” de “Suruga”? Según los datos registrados, desde los tiempos antiguos hasta la era de Muromachi, los sonidos de las líneas “ga” y “da” se nasalizaban, por lo que lo correcto sería escribir con “nga”, “ndo”, etc. Estos sonidos fueron reemplazados por los “ga” y “do” de la pronunciación clara de los habitantes de Edo en la región de Kanto, y se arraigaron más adelante. Por consiguiente, las palabras “Yendo” y “Surunga” escritas por el conde Vivero estaban de conformidad con la pronunciación auténtica de aquel entonces, y no se cometían errores auditivos. 

En México se pronuncia como “Biombo” la mampara formada por varios bastidores articulados, tal vez sea porque se haya quedado la pronunciación de aquella época en la que fue llevado a México vía Filipinas.

Continuará...

Att. Miss M.

Detrás del pasado de Sanborns de los Azulejos. Capítulos VI.




En el capítulo anterior, dije que el libro “Cosas del Japón” escrito por el conde Vivero, quien hubiera llegado a las costas del Japón en 1608, representaba unas “cartas dirigidas al muerto”, es decir, al difunto rey Felipe II. En septiembre de 1598, el mismo año en que el rey Felipe II falleció, murió Taiko Hideyoshi, también. Encontramos un verdadero contraste en el continente euroasiático, entre la vida del soberano japonés en el extremo este y la del rey Felipe II en el extremo oeste. Éste nació como heredero del emperador del Sacro Imperio Romano, donde se decía que “nunca se ocultaba el sol”, mientras que Hideyoshi nació en una familia de pobres campesinos. Estos dos personajes tan contrastantes fallecieron sin distinción el mismo mes del mismo año, por los azares de la vida. En sucesión de Hideyoshi, llegó al poder el magnate Ieyasu Tokugawa. En cambio, al rey Felipe II le sucedió su hijo Felipe III, cuya existencia como rey no valía nada.

Lo extraño para mí es que el citado libro “Cosas del Japón”, siendo un documento oficial, ignorase por completo al rey Felipe III de España. Por muy poco que fuese lo que él representaba como rey, ¿es imaginable una situación así? La respuesta parece estar en la relación que existía en ese entonces entre México y España. 

El verdadero poder de España pasó a manos del duque Lerma, en vez del rey impotente. El título de duque equivaldría al de daimyo (señor feudal) en Japón. En realidad, después de la Restauración de Meiji, en Japón se adoptó el sistema de clases copiando la sociedad aristocrática europea, llamando al daimyo por duque al que le seguían marqués, conde, etc., según el escalafón salarial (extensión de territorio). Entonces, el duque Lerma se ubicaba más arriba del conde Vivero. En un documento oficial que leería el duque Lerma, se hacía caso omiso a su amo, el rey Felipe III de España.

El propio conde Vivero permitió esta situación por la confianza que sentía en sí mismo. Estaba seguro de sí mismo como un noble que radicaba en México colonizado por España. En otras palabras, España se encontraba en dificultades económicas a causa de la corrupción e incompetencia del duque Lerma, y no podía vivir sin el apoyo económico enviado desde México. Desde luego, el pueblo español sintió repulsión contra el duque, y la clase aristocrática de España perdió la confianza del pueblo. 

En cambio, la nobleza española que había llegado al nuevo mundo sostenía a la nación en vez de la clase noble corrupta en España, considerándose, tal vez, la verdadera corriente de la sociedad aristocrática española. Ciertamente, existe un gran número de nobles célebres que han dejado sus nombres en la historia. Ellos se afanaron por construir mansiones lujosas como si estuvieran compitiendo con los nobles de España. La “Casa de los Azulejos”, la casa matriz de la cadena de restaurantes Sanborns, es una de ellas. Con 10 razón, los viajeros europeos de aquel entonces llamaban a la ciudad de México “Ciudad de los Palacios”. 

Parece que el libro “Cosas del Japón” escrito por el conde Vivero fue presentado primero al virrey, su jefe inmediato, y posteriormente enviado a España. El virrey, al recibir el informe dirigido al difunto rey Felipe II, debe haber elogiado el valor del conde Vivero. 

A propósito, este virrey de apellido Velasco era tío del conde Vivero. Él fue el primer virrey criollo en México, y por ende, su sobrino conde Vivero era criollo, también. ¿Acaso no significaba el informe del conde Vivero una carta de desafío de parte de un noble criollo contra la nobleza española? La primera generación de nobles españoles llegaron al nuevo mundo deseando cumplir los sueños imposibles que no realizaron en España. La segunda generación hizo realidad esos sueños y consiguieron una victoria ante la metrópoli.

Continuará...

Att. Miss M.